Un Payaso en la Bloggosfera
Camino entre las calles y me encuentro con rostros a los que quisiera sonreír. Y sin embargo, no les sonrío. Soy un payaso, es cierto, y sin embargo de algún modo los códigos sociales también me invaden. Me subo a un ascensor, tentado a saludar con la mano a una señora que lleva bolsas, y ofrecerle mi cortés ayuda, pero la señora mira el suelo de manera tan abierta y persistente, que me imagino que mis palabras o hasta mi gesto producirían un inmediato cortocircuito en su cerebro y no sabría como reaccionar, más que con sorpresa, o miedo o hasta fastidio.
Por eso me convertí en un payaso aleman de la pos guerra, encerrado en la bloggosfera. En la blogosfera miramos al frente. Saludamos a todo el que llega. Nos miramos a la cara y nos sonreímos. Nos devolvemos cortésmente los saludos y hasta disfrutamos de las opiniones más extravagantes de uno al que no conocemos de nada.
En la blogosfera se permite hasta el cauto coqueteo. Nos conocemos por lo que escribimos. Nos gustamos y nos atraemos por todo lo que importa. Yo ya me he enamorado de algunos blogs… y tengo mis lugares preferidos… ya he ido por ahí repartiendo sonrisas y poemas, y lo peor que me ha pasado, es que no haya pasado nada… en cambio la mayoría de las veces, lo que me encuentro es una sonrisa de vuelta… un poema de vuelta… hasta un coqueteo de vuelto…
Yo no sé que pase en la vida real. Porque mi payaso ya renunció a ella. Desde hoy me declaro un payaso de la bloggosfera… donde todo va bien… o al menos… va mejor que en ningún otro lugar…
Por eso me convertí en un payaso aleman de la pos guerra, encerrado en la bloggosfera. En la blogosfera miramos al frente. Saludamos a todo el que llega. Nos miramos a la cara y nos sonreímos. Nos devolvemos cortésmente los saludos y hasta disfrutamos de las opiniones más extravagantes de uno al que no conocemos de nada.
En la blogosfera se permite hasta el cauto coqueteo. Nos conocemos por lo que escribimos. Nos gustamos y nos atraemos por todo lo que importa. Yo ya me he enamorado de algunos blogs… y tengo mis lugares preferidos… ya he ido por ahí repartiendo sonrisas y poemas, y lo peor que me ha pasado, es que no haya pasado nada… en cambio la mayoría de las veces, lo que me encuentro es una sonrisa de vuelta… un poema de vuelta… hasta un coqueteo de vuelto…
Yo no sé que pase en la vida real. Porque mi payaso ya renunció a ella. Desde hoy me declaro un payaso de la bloggosfera… donde todo va bien… o al menos… va mejor que en ningún otro lugar…